Olvido
Se me olvidó tu nombre, no recuerdo si te llamabas luz o enredadera, pero sé que eras agua porque mis manos tiemblan cuando llueve.
Se me olvidó tu rostro, tu pestaña y tu piel por mi boca transitada cuando caímos bajo los cipreses vencidos por el viento, pero sé que eras Luna porque cuando la noche se aproxima se me rompen los ojos de tanto querer verte en la ventana.
Se me olvidó tu voz, y tu palabra, pero sé que eras música porque cuando las horas se disuelven entre los manantiales de sangre mi corazón te canta.
-Carlos Medellín
La Herida
¿Qué si me duele? Un poco; te confieso que me heriste a traición; más por fortuna, tras el rapto de ira vino una dulce resignación… Pasó el exceso.
¿Sufrir? ¿Llorar? ¿Morir? ¿Quién piensa en eso? El amor es un huésped que importuna; mírame cómo estoy; ya sin ninguna tristeza que decirte. Dame un beso.
Así; muy bien; perdóname, fui un loco; tú me curaste -gracias-, y ya puedo saber lo que me imagino y lo que toco:
En la herida que hiciste pon el dedo; ¿qué si me duele? Si; me duele un poco, mas no mata el dolor… No tengas miedo…
-Luis Gonzaga Urbina
Me doy cuenta de que me faltas…
y de que te busco entre las gentes, en el ruido, pero todo es inútil. Cuando me quedo solo me quedo más que solo solo por todas partes y por ti y por mí. No hago sino esperar. Esperar todo el día hasta que no llegas. Hasta que me duermo y no estás y no has llegado y me quedo dormido y terriblemente cansado preguntando. Amor, todos los días. Aquí a mi lado, junto a mí, me haces falta. Puedes empezar a leer eso y cuando llegues aquí empezar de nuevo. Cierra estas palabras como un círculo como un aro, échalo a rodar, enciéndelo. Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas, en mi garganta como moscas en un frasco. Yo estoy arruinado. Estoy arruinado en mis huesos, todo es pesadumbre.
-Jaime Sabines
Espero
Te espero cuando la noche se haga día, suspiros de esperanzas ya perdidas. No creo que vengas, lo sé, sé que no vendrás. Sé que la distancia te hiere, sé que las noches son más frías, Sé que ya no estás. Creo saber todo de ti. Sé que el día de pronto se te hace noche: sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices, sé que soy un idiota al esperarte, Pues sé que no vendrás. Te espero cuando miremos al cielo de noche: tu allá, yo aquí, añorando aquellos días en los que un beso marcó la despedida, Quizás por el resto de nuestras vidas. Es triste hablar así. Cuando el día se me hace de noche, Y la Luna oculta ese sol tan radiante. Me siento sólo, lo sé, nunca supe de nada tanto en mi vida, solo sé que me encuentro muy sólo, y que no estoy allí. Mis disculpas por sentir así, nunca mi intención ha sido ofenderte. Nunca soñé con quererte, ni con sentirme así.
-Mario Benedetti
¡Adiós!
Las cosas que mueren jamás resucitan, las cosas que mueren no tornan jamás. ¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda es polvo por siempre y por siempre será!
Cuando los capullos caen de la rama dos veces seguidas no florecerán… ¡Las flores tronchadas por el viento impío se agotan por siempre, por siempre jamás!
¡Los días que fueron, los días perdidos, los días inertes ya no volverán! ¡Qué tristes las horas que se desgranaron bajo el aletazo de la soledad!
¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas, las sombras creadas por nuestra maldad! ¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas, las cosas celestes que así se nos van!
¡Corazón… silencia!… ¡Cúbrete de llagas! … -de llagas infectas- ¡cúbrete de mal!… ¡Que todo el que llegue se muera al tocarte, corazón maldito que inquietas mi afán!
¡Adiós para siempre mis dulzuras todas! ¡Adiós mi alegría llena de bondad! ¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas, las cosas celestes que no vuelven más! …
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor süave, olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño; esto es amor, quien lo probó lo sabe.
-Lope de Vega